L.F. - RIBADAVIA Los viñedos de la Denominación de Origen Ribeiro han concluido prácticamente el 99 por ciento de la cosecha de 2010, que será "media" y de calidad y que alcanzará 14 millones de kilos, lo que supone una significativa mejora (hasta el 27 por ciento) respecto a años anteriores (entre 10 y 11 millones). Así lo ha explicado el presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribeiro, Luis Anxo, quien participó ayer en Madrid en la presentación de los "nuevos ribeiros", ante sumilleres, restauradores, hosteleros, distribuidores y prensa especializada. Luis Anxo destacó el buen estado del fruto durante este año, gracias al tiempo seco y soleado que caracterizó la recogida. Respecto a los precios, se han pagado entre 1,20 y 1,50 euros por kilo de uva para las variedades autóctonas, cifras que ha calificado de "aceptables", porque permiten a los agricultores obtener rentabilidad. Ha indicado que los valores para las uvas foráneas son inferiores, por lo que ha instado a los productores a seguir optando por la reestructuración en el tiempo más breve posible y a que introduzcan las variedades "gallegas", que tienen mayor aceptación en el mercado y pueden retribuirse a un precio más alto por parte de las bodegas. También recordó que en los últimos 10 ó 15 años se ha desarrollado un proceso de reestructuración de los viñedos, con la sustitución de las uvas foráneas como la palomino de Jerez –a pesar de que son más productivas-– y la recuperación de las viejas y autóctonas treixadura, torrontés, lado o albariño, que se utilizaban hace 200 ó 300 años y que dieron la fama internacional a los ribeiros. También ha reconocido que el proceso es lento porque hay involucrados muchos viticultores, en muchos casos mayores de 60 años, que hace que la transición vaya "poco a poco", aunque se ha mostrado satisfecho por el ritmo y por el hecho de que la superficie renovada ya sea mayoritaria en la comarca vitivinícola gallega. Ha resaltado que, debido al proceso de reestructuración y sustitución de variedades, se ha reducido la producción a la mitad en los últimos 30 años pero, por contra, se han obtenido vinos de mayor calidad, más refinados, elegantes y con mayor nivel gastronómico. Luis Anxo ha subrayado que los nuevos ribeiros han sido posibles gracias a la figura de "Adega de colleiteiro" (viticultores que elaboran hasta un máximo de 60.000 litros de vino solo a partir de uvas de su propiedad), que se ha recuperado de la historia para devolver al "esplendor" que tuvieron estos caldos gallegos durante los siglos XVI y XVII, cuando eran muy reconocidos en todo el mundo. Respecto a los mercados para unos vinos que ha calificado de "frescos, elegantes y sutiles", Anxo ha apuntado al interés del Consejo por consolidarlos en Galicia –consume el 70 por ciento de su producción–, por ser más reconocidos en el resto de España, y por abrir nuevos destinos para estos blancos". Entre los destinos internacionales, ha destacado el interés de la Denominación por EE UU, Alemania, Reino Unido y Países Bajos. El presidente de este consejo regulador también ha valorado que las pocas bodegas que elaboran vinos tintos con variedades genuinas de la tierra, como sousón, brancellao, caíño o ferrón, están teniendo también éxito y aceptación en el mercado, gracias a su sutileza y matices, aunque el 80 por ciento de su denominación está configurada por los blancos. Estos tintos tienen un gran potencial y amplio recorrido, y han sido capaces de desmentir el tópico de que este tipo de productos "no eran buenos" .

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